Y si te digo...*

que tengo miedo a los cambios, que aún me asusta escuchar tus planes tan extremos -como tú-, y temer, por que no sé, por que lo sé, por que simplemente la novedad me desconcerta.

que lo que terminó de enamorarme fue especifícamente ese olor entre tu cuello y tu pecho.

que las cosas simples me preocupan, que llevar el cabello desteñido me cansa, y ultimamente está eso de las paredes de mi cuarto, esas cosas de siempre, pero sobre todo me gusta pensar en tu sonrisa o en esa camisa tuya de chico migraña que tanto me gusta.

que no tengo ni idea de lo que es la música buena, que puedo quedar ronca de gritar tontas canciones argentinas, pero al verte hacer y tocar tu música, me siento alumna de oratoria de sabina.

que necesito sentirte en silencio, que esos torpes ruidos que hago sin querer me molestan, que sólo quiero callar, escucharte, pese a que sabemos que no puedo estarme un segundo callada.

que tengo planes, muchos, que soy tan soñadora, demasiado, que te he soñado de mil formas, en tan distintos lugares, pero siempre conmigo.

que tienes un sentido del humor genial.

que aveces dudo de mis manías, de esas formas que tengo para hacer cosas, de esas precauciones inservibles que me he tomado.

que quisiera que me susurraras ese texto de memoria, pero a la vez espero que nunca lo hagas, por que aparte de todo, te has dado cuenta que tan pinche ambigua soy.

y si te digo todo esto?

seguro me dirías, pinche viejilla.