malasgentes

chacoteando en navidad..*

lunes, mayo 09, 2005

taza pegada*

Justo a partir de que uno se recuesta y cierra los ojos, se pierde el
control por completo. Es que sería muy iluso pensar que mientras se
duerme profundamente las cosas permanecen tanto o más inmoviles que
nosotros, que cuando despertemos y regresemos al mundo, a la tierra,
las cosas reales, dejando a trás unas perdidas lagañas, la cama
caliente, la pijama arrrugada, despiertos, bien despiertos como
debemos estar despues de meter la cara en el agua, hay que entender,
nos hemos perdido 6 u 8 horas de vida.

Y es que pasa, nos perdemos. La ausencia de luz dispara una especie de
histeria colectiva nocturna, que respirando sustancias alucinogenas
salidas de alguna parte nos hace vivir situaciones en ocaciones más
inexplicables que la cara pintarrajeada de Mao en un cuadro de Warhol.

Hoy al despertar he pensado una cosa, los objetos emanan sustancias
somniféras, que nos atarugan, nos hacen caer, y como estúpidos que
somos, nos dejamos seducir por los placeres de todo aquello que
paresca recompenza, una recompenza ganada despues de una jornada de
trabajo o antitrabajo -como si importara- y es donde empieza el
problema. La vecina en calzones, tú trepado en un árbol que en
realidad no es un árbol si no una torre pintada de azul, observando
como llega un arreglo de flores a tu casa, tu mamá lo recibe, tu tía
asalta la panadería de la esquina, entras al baño y descubres tras la
cortina a un señor qeu canta en polaco, y en el fondo, muy en el
fondo, sabes que es tu hermano, que sólo buscaba una rebanada de pan
con queso. Y estas pérdido. Comienza ese ruido a lo lejos que
confundes casi con una locomotora, pero dentro de toda perdición
entiendes que una locomotora no puede pasar por tu casa, que estan
tocando el timbre que debe ser algo urgente, y recapacitas de nuevo,
tu casa no tiene timbre, abres un ojo forzadamente y recuerdas que es
la misma cosa de siempre, un despertador gritandote, algo ha pasado,
despierta, algo ha pasado!

Uno siempre tiene sus dudas, nadie quiere despertar a la primera,
cinco minutos más que de pronto se hacen 20, comienzan las prisas, y
uno esta más alerta, acelerado, pero no advierte nada, se olvida
cosas, se pone la camisa prensada, y no sabe, eso que pasó mientras el
permanecía inconciente tendido en esa cama.

Y resignado a la rutina de diario, toma el café con sus manos, y la
taza esta pegada al plato, no queda más que tomarle con las dos manos
y no soltarle, llevar las dos cosas a la boca, tardarse más de lo
paneado y cargar más de lo planeado, por que seis horas atrás pasó
algo, y la taza se pego al plato.


Pilar.
se te olvido cerrar la puerta.

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